Ana García de la Torre interviene en la jornada «La prevención de riesgos laborales en igualdad»

Ana García recordó que la igualdad de género es un derecho humano fundamental, recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La OIT ya viene alertando de las desigualdades existentes en la actualidad y de la importancia de incluir la perspectiva de género en la gestión empresarial, y por tanto en la prevención de riesgos laborales, ya que es parte inherente a la gestión empresarial, en este sentido ya en 2003, la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo propuso que la perspectiva de género fuese tenida en cuenta en la futuras Directivas europeas sobre seguridad y salud en el trabajo. Pero la realidad, es que aún hoy hay una falta de consideración del género de la persona trabajadora.

La mujer tiene más probabilidad de estar expuesta a ciertos tipos de violencia ocupacional que el hombre. Según la OIT, la mujer está más expuesta a la violencia y acoso sexual y a la violencia psicológica. Como se ha mencionado anteriormente, hombres y mujeres trabajan en sectores diferentes y esto tiene implicaciones en relación al riesgo de sufrir violencia ocupacional

Por ejemplo, en los sectores sanitario, educativo, cuidado doméstico, trabajos de cara al público, ocupados principalmente por mujeres, existe una mayor prevalencia de violencia física y psicológica, incluso sexual en alguno de ellos, así como del acoso verbal de terceros.

Por ir terminando, a día de hoy, es evidente que el factor de género no ha sido tenido suficientemente en consideración por las políticas de seguridad y salud laboral, únicamente encontramos una mayor atención y protección en los temas relacionados con la maternidad y las situaciones vinculadas a la misma.

La perspectiva de género aplicada a la salud laboral debe abordarse desde un enfoque más amplio e implica la atención a las diferencias de género en cuanto a la exposición a los riesgos, la prevención de éstos y las diferentes consecuencias que tienen para la salud.

La lucha para que la seguridad y salud en el trabajo se centre en la perspectiva de género debe asegurar el acceso, tanto para hombres como para mujeres, a puestos de trabajo libres de riesgos laborales, incluidos los de tipo psicosocial.